Pedagogía en Educación Parvularia UBB inicia autoevaluación para una nueva acreditación

La Escuela de Pedagogía en Educación Parvularia mención Didáctica en Primera Infancia de la Universidad del Bío-Bío, inició su proceso de autoevaluación con miras a una nueva acreditación, luego de haber alcanzado en 2018 el máximo de 7 años, convirtiéndose en la segunda carrera de la UBB y del país en lograrlo. La instancia, destacada por autoridades, académicas, estudiantes y equipos de apoyo, fue presentada como un hito que busca reafirmar la excelencia formativa, proyectar mejoras continuas y responder a los crecientes estándares de calidad que exige la Comisión Nacional de Acreditación.
La directora de la Escuela de Pedagogía en Educación Parvularia, Dra. Carolina Flores Lueg, recordó que el año 2018 la carrera alcanzó los 7 años de acreditación, el máximo posible, convirtiéndose en la segunda a nivel nacional en lograrlo y la segunda de la Universidad luego de Nutrición y Dietética. “Sin duda, la obtención de los 7 años se constituyó en un hito relevante que no solo vino a reconocer, una vez más, la excelencia en la formación profesional de nuestras y nuestros estudiantes y egresadas, sino que también contribuyó a reforzar el posicionamiento de nuestra carrera y de nuestra Universidad a nivel nacional e inclusive internacional”, aseguró.
Por ello, el inicio de la autoevaluación para una nueva acreditación asoma como un auténtico desafío. “Este proceso nos invita a detenernos para observar cuidadosamente, analizar con honestidad y reflexionar sobre todo lo que hemos hecho en estos 7 años, sobre lo que ahora estamos haciendo y sobre lo que seguiremos proyectando para lograr una formación profesional de educadores y educadoras de párvulos, una formación que sea pertinente a los requerimientos de los niños y las niñas, sus familias y sus territorios. Y que sea coherente con nuestra visión institucional y con las disposiciones definidas en la política pública para la educación infantil, tanto a nivel nacional como internacional”, ilustró.
Cohesión y compromiso
El rector Dr. Benito Umaña Hermosilla destacó que la acreditación es importante, sin embargo, lo verdaderamente trascendente es todo lo que se realiza para alcanzarla. “Este es un hito que refleja cohesión y compromiso, elementos indispensables para demostrar lo que hemos logrado y, al mismo tiempo, aquello que aún debemos fortalecer. En los procesos de acreditación debemos mostrar lo realizado y también reconocer lo que falta. De estos procesos surge un plan de mejoramiento, que es un importante aporte porque nos permite definir el rumbo, señalar las acciones necesarias y proyectarnos hacia el futuro con la convicción de seguir creciendo”, señaló.
El rector Dr. Umaña indicó que más allá de los años de acreditación alcanzados lo valioso es el ejercicio de autocrítica y de proyección. “Este no es un trabajo que dependa solamente del rector, de la decana o de la dirección de escuela. Es una tarea colectiva, que involucra a la Escuela, a la Facultad y a la Universidad del Bío-Bío en su conjunto. La mejora debe ser cohesionada, y ese es el espíritu que nos convoca. ¿Con qué propósito? Con el fin de que nuestras y nuestros estudiantes encuentren una carrera cada vez más sólida y una institución que se fortalece a la par. En la medida en que mejora la Escuela se fortalece la Facultad y también lo hace la Universidad del Bío-Bío. Y ese es nuestro mayor aliciente: construir juntos un proceso que dé como resultado una institución más robusta, comprometida y de calidad”, aseveró.
Mayores exigencias
La decana de la Facultad de Educación y Humanidades, Dra. Fancy Castro Rubilar, destacó que los estándares y exigencias demandadas por la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) son cada vez más altas, lo que convoca a trabajar con mayor convicción y con una perspectiva colectiva que involucra a toda la comunidad universitaria. “En este acto están presentes nuestras autoridades universitarias, estudiantes, profesoras y profesores, colaboradores de práctica y profesionales de diversas unidades vinculadas al proceso que cumplen un rol fundamental, graficando la importancia de la acreditación. Desde nuestra Universidad, queremos asegurar que esta carrera sea reconocida como una carrera de calidad, brindándoles todas las posibilidades para que así sea”, indicó.
Compromiso con la primera infancia
Las estudiantes de segundo año de la carrera, Fernanda Sáez Álvarez y Catalina Canales Sanzana, enfatizaron que el proceso de autoevaluación constituye una valiosa oportunidad de crecimiento. “Nos permite fortalecer la calidad de nuestra formación, abrir nuevas puertas en el ámbito laboral y, sobre todo, reafirmar nuestro compromiso con la educación de la primera infancia, que constituye el motor y la razón de nuestra vocación. Como estudiantes, reconocemos los múltiples beneficios de este proceso. Nos impulsa a avanzar y a ser parte activa de los cambios que responden a los contextos actuales de los niños y niñas. Asimismo, asegura a la carrera con mayores estándares de calidad, un reconocimiento que nos respalda en el campo profesional y la posibilidad de proyectarnos con mayor seguridad en nuestras futuras trayectorias”, ilustraron.

Obligación para las pedagogías
El coordinador general de Aseguramiento de la Calidad institucional Dr. Pedro Campos Soto, recordó que la Ley 21.091 sobre Educación Superior establece que las carreras y programas conducentes a los títulos profesionales de Médico/a Cirujano/a, Cirujano/a Dentista y Pedagogías deben someterse obligatoriamente al proceso de acreditación. Del mismo modo, los programas de Doctorado también deben acreditarse de manera obligatoria.
“Para las carreras de pedagogía, los criterios y estándares de acreditación consideran aspectos fundamentales como el perfil de egreso, el plan de estudios y los resultados del proceso formativo, la formación práctica, el cuerpo académico, el gobierno y gestión de recursos, así como la capacidad de autorregulación y de mejora continua. Todos estos elementos, trabajados de manera articulada, aseguran la calidad del proceso formativo y la pertinencia del proyecto educativo de cada programa”, aseveró.
Asimismo, el Dr. Pedro Campos puso énfasis en que la autoevaluación es un proceso de análisis y reflexión mediante el cual una unidad, programa o institución reúne y examina información sustantiva acerca de sí misma, contrastándola con sus propósitos declarados y con un conjunto de estándares previamente definidos y aceptados. Su objetivo principal es apoyar la toma de decisiones. Este proceso debe entenderse como cíclico y validado externamente, ya que permite identificar logros, reconocer aspectos por mejorar y establecer acciones que orienten el desarrollo futuro.
“En este marco, la autoevaluación se guía por algunas preguntas esenciales: ¿Qué estamos haciendo? ¿Cómo lo estamos haciendo? ¿Qué estamos haciendo bien? ¿Qué no estamos haciendo tan bien? y, finalmente, ¿qué y cómo podemos mejorar? Estas interrogantes permiten ordenar la reflexión y dar coherencia al plan de mejoramiento que surge de la autoevaluación”, reflexionó.